Toquecitos cortos
Las 18 casacas de los jugadores del CADU, con la estampa de los dos escudos de los clubes, se fueron a la casa de los socios que colaboraron con la iniciativa. El primer partido oficial finalizó en pardas, en un emocionante encuentro.
Por Pablo Garcia
• Sellado en el corazón: Las 18 casacas de los jugadores del CADU, transpiradas o no, quedaron en manos de socios, quienes pusieron $ 3.500 para quedarse con el trofeo, que no solo lleva su apellido estampado sobre el número de la espalda sino también el escudo del Mil Rayitas, con la fecha correspondiente. Así podrán encuadrar el primer partido histórico oficial entre ambos clubes. Uno de los ganadores comentó que esta misma iniciativa tuvieron en otro partido “histórico” al enfrentar a All Boys. Pero no es la única firma de sus socios. También hay hinchas que colaboran y ya tienen grabado su nombre y apellido a los costados del número. Linda decisión que selló a fuego el debut de un nuevo historial…
• Trasformado en goleador: Linda diagonal de Mazzolatti, que metió una pelota cruzada para que Guille Pereira solo dominara y entre las piernas de Figueroa abriera el marcador. “Estoy muy contento por el gol y ahora ya convertí en dos oportunidades que, aunque no sirvió para el triunfo, nos vamos con un punto importante”, señaló Pereira, convertido nuevamente en goleador y que ya suma un total de tres con la Mil Rayitas (dos la actual temporada y el restante en la anterior). “Me pareció qué nos faltó estar más claros en los últimos metros para llevarnos los tres puntos”, sostuvo el volante, que nuevamente tuvo puesta la remera de figura del equipo, y al que incluso le cometieron el penal.
• Un tropezón no es caída: “El fútbol siempre da revancha”, no es una frase hecha. Ale Noriega es testigo, luego de haber desperdiciado aquel penal ante Italiano y que la semana siguiente lo tuvo como protagonista para que el Mil Rayitas levante un partido inolvidable y dar la vuelta olímpica con el ascenso a la Primera Nacional de 2014. Esta vez no será diferente. Noriega quiso fusilar a Figueroa que se quedó paradito y pudo contener el remate, que el mismo nueve no pudo aprovechar de cabeza, ya que la pelota salió desviada. El segundo penal en que no puede festejar de 11 pateados. Será la próxima goleador…
• Regreso de Peppino: El defensor se mantuvo estoico en la última línea y en el complemento recibió la primera tarjeta del torneo. Estuvo a punto de ampliar las cifras pero su toque, casi debajo del arco, se fue por sobre el travesaño: “La pelota la tuve casi encima, tras pasar por entre medio de todas las piernas. Llegué exigido con el cuerpo tirado para atrás y no la pude agarrar con el pie hacia abajo. Con cualquier cosa que la hubiese chocado la metía. Pero ya está, hay que pensar en el próximo partido”, se justificó el cordobés, quien se retiró del estadio rengueando.
• Hambre y frío: “Cerrá que entra chiflete”, se reían en el sector de Los Andes cada vez que abrían y cerraban la reja con candado. Es que parecía que delante de los palcos de prensa había una ruta donde cruzaba el viento. A pesar del sol, los dedos quedaban morados por la baja temperaturas. A la hora que en Zárate comenzó a picar el bagre, pero no con caña de pescar en el río sino del hambre, las delicatesen empezaron a verse en las tribunas: sanguches como naves espaciales entre las manos de los espectadores, no pararon de reducirse hasta las migas…
• El Gigante de Villa Fox a pleno: Al ser puntero, CADU generó mucha expectativa para el partido y los hinchas dijeron presente. Tanta fue la cantidad de público que muchos prefirieron observarlo desde edificios linderos; incluso desde las terrazas de casas vecinas.