Qué sea tu día

Por Leandro Saltamerenda

El 2011 no será un año más para Martín Rose. Seguramente quedará guardado en su memoria por siempre. Y para terminarlo con todos los honores, este miércoles lo esperan dos momentos que querrá disfrutarlos como nunca. Cerca de las 17 tendrá la posibilidad de jugar su primer partido como titular y pasadas las 21 será reconocido por la Asociación del Fútbol Argentino como “Jugador destacado” de nuestras Juveniles. Sí, todo merito propio. De aquel hábil delantero que conocimos en sociedad en el "Partido de las Estrellas" del 2009 a este Milrayitas en potencia. “Fue el mejor de mi vida. Subí a Primera con esta camiseta, hice mi primera pretemporada con un plantel profesional, debuté, ahora me dan el premio... Más no puedo pedir. Es un sueño”, expresó en vísperas de lo que puede ser un gran día…

Humildad ante todo. Como suele decir ante cada paso dado. El delantero, de apenas 18 años de edad, tiene por delante una posibilidad única. Jugar desde el arranque frente a Estudiantes y tachar una nueva meta en su álbum personal. “Estoy tranquilo, con los pies sobre la tierra y sabiendo que tengo que seguir trabajando. Uno se propone objetivos en el día a día, y por suerte se están dando. Eso quiere decir que estoy haciendo bien las cosas y tengo que continuar de la misma forma”, abre el relato. “Dentro del plantel, mi referente es Gaby. El me enseñó mucho y si me tiene que corregir los errores lo hace sin ningún tipo de problemas. En este tiempo pude crecer gracias a él. Es como mi papá acá del plantel”, continúa. ¿Quién es Gaby? Gandarillas, no hace falta aclararlo. El capitán. El hombre de confianza de los más chicos. El que pone la oreja. El que les da consejos…

Y del referente actual, Martín comienza a repasar a los ídolos de sus primeros años como juvenil. “Como hincha de Los Andes que soy, siempre miraba a Tridente. Es un distinto. Y ahora jugar al lado de él, me pone muy orgulloso”. ¿Alguien más? “De chico también me gustaba mucho como jugaba Barros Schelotto, Palacio o el estilo de Mouche, que es muy similar al mío”. Zurdo picante, movedizo, asistidor, de buena pegada y con llegada al gol. Cualidades compartidas.

Así como habla de su presente, Rosé no se priva de referirse al premio que recibirá esta noche en AFA. “Uno cuando juega, juega para que lo vean. Y que te reconozcan dirigentes de otros clubes me pone muy contento. Eso quiere decir que hice buenos partidos y deje bien parado al club”, explica. ¿Dónde estuvo la clave de este logro? “En el grupo. Es un grupo que hace cuatro años que viene jugando junto y siempre apoyamos, tiramos para el mismo lado y seguimos unidos. Después de lo entrenamientos nos íbamos a comer, nos quedábamos a tomar algo. Y ese compañerismo se veía adentro de la cancha. Nadie jugaba para uno, sino no era para ayudar al otro. Y a mí me facilitaron mucho las cosas”, contestó. ¿Amigos en el plantel? “Santiago Szerdi y Franco Leonardi, sin dudas”, agrega.
 
La charla con el Sitio Oficial se prolonga y llega el momento de las gracias. “Siempre les voy a estar agradecidos a Da Graca y a Carlitos López por haberme impulsado a Primera, pero los técnicos que me marcaron fueron Germán Corengia y Tito Garay. Germán fue quien arrancó con este ciclo de subir juveniles y Tito es como mi papá futbolístico. Me acuerdo que cuando yo tenía las puertas cerradas en los otros clubes, él me trajo acá y siempre me guió el camino”. Huellas que no se borrarán tan fácil…

“Uno cuando sube a Primera cree que se las sabe todas, pero nada que ver. Cuando estás acá te das cuenta que no eras nadie y en todo momento vas aprendiendo cosas nuevas. La educación, el respeto, el compañerismo es muy importante en un grupo”. Una frase, un consejo personal para los Roses que se vendrán. Y como cierre, el deseo que no puede faltar: “Siempre quise jugar con esta camiseta y salir campeón. Y hoy creo que tenemos plantel para lograrlo. Ojalá pueda cumplirlo”.