Toda una vida en el club
Nunca mejor dicho esta frase... Los socios vitalicios fueron homenajeados en el Salón Principal de nuestra Sede. Anécdotas, reencuentros y mucha emoción. Gracias de nuevo.

35 razones para emocionarse. 35 razones para apretar fuerte las pupilas y contener las lágrimas. 35 razones para quedar en las páginas doradas del Club Atlético Los Andes. El Salón Principal de nuestra Sede Social los recibió como lo que son: los protagonistas principales de esta historia. Homenajeados. Agasajados. Reconocidos. Vitalicios fue la palabra más escuchada en la noche del jueves. Vitalicios a mucha honra. Gracias por tantos años de lealtad.
Le pasaron la posta. La velada se abrió con un video recordando los momentos más emotivos de aquel primer homenaje del 29 de setiembre de 2011. Y ahí sí, con Carlos Bisgarra y Lucas Gómez, del equipo periodístico de Todo Los Andes, como presentadores, llegó el puntapié inicial. La cúpula de la Comisión Directiva subió al atril y el presidente Pablo Paladino no tardó en ocultar su emoción.
“Desde primer el día que asumimos nos planteamos que para que este club recomponga el camino de lo que alguna vez fue (…) teníamos que empezar a devolver identidad”, comenzó con su saludo. “Para saber a dónde queremos ir tenemos que saber de dónde venimos y sabemos que los socios vitalicios, los que acompañaron, los que pusieron el hombro durante tantos años en este club, son ustedes”, cerró entre aplausos.
No fue ninguna casualidad. El primer galardonado fue Rubén Amendola. Con su nombre grabado a fuego como sello del Salón Principal, nuestro tanguero volvió a dejar al descubierto los ojos brillosos y después lo siguieron más laderos. Rodolfo Barragán con su “Arre arre Los Andes”, José María Pérez, Pedro Báez, Antonio Castagnola, Osvaldo Tempone, Carlos Forzatti, los hermanos Jorge y Juan Iturralde, Carlos de Luca (su “tengo la camiseta pegada en la piel”, retumbó por todos los rincones), Enrique Catalán, Alberto Fortasín, Osvaldo Liuzzi, Horacio Russo, Hugo Erguy, Héctor Olalla, Alberto Degano, Marío y Roberto Paladino, Juan Olmos (“hay que seguir trabajando por este club”, dijo con la voz entrecortada), Marcelo Andreoli, el ex presidente Schcolnik, Eduardo Picarelli, Mónica Caparelli (agradeció por “recuperar la pileta” que tantas alegrías le dio), Emilio Mattiuzzi, Norberto D`Agostino y su peña la Cordillerana, Raul Oyhanart, Norberto Parisi, Eduardo Gianoglio, Juan José De Grazia, Juan Mattia, Quique Gutiérrez hasta llegar a Silvia Gallardón, hija de nuestro querido Don Eduardo.
Los que están y los que se fueron. Los que siguen apoyando desde la platea y los que nos iluminan desde el cielo. Los vitalicios son un pedazo grande de nuestra historia y homenajearlos era lo mínimo que podíamos hacer. Como sucedió el año pasado, como se repitió en el Salón Principal de nuestra Sede y como seguramente va a pasar en el 2013. Porque claro, hay más anécdotas por contar…
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